En la residencia de la que me había estado hablando Kelly, tenían constancia de todas las personas que nacían con ese poder, sabían su nombre y edad, y las experiencias que habían tenido con su don.
A Kelly la habían enviado de la S.R para
decirme la noticia. Al parecer, cuando un soñador (personas con este poder) cumple los quince, en ese mismo
año envían a un mensajero para informarle de su poder.
Estaba emocionada, pero... No sabía lo
que me esperaba.
Se me quedó mirando, y se mordió el
labio.
-¿Qué?-le dije abriendo los ojos.
-Tus maletas ya están hechas, fuera nos
espera un taxi. Les he dejado una carta a tus padres.
Me quedé fría, fría como un muerto. Mis
únicas palabras fueron un silencio.
Kelly me cogió de la mano. Se me llenaron
de agua los ojos, y una lágrima cayó sobre mi piel petrificada.
Después de un rato de silencio y
lágrimas, Kelly no tuvo más remedio.
-Es la hora.
Asentí. Ella se levantó, me cogió de
nuevo la mano y salimos por la puerta.
Fuera nos esperaba el taxi. Kelly me abrió
la puerta trasera del coche, pasé a continuación. Ella me miraba con cara de
pena, y también se le mojaron los ojos.
-A el aeropuerto de Orly por favor.
Otra lágrima.
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